6 de mayo de 2017

La Selección, de Kiera Cass


La distopía juvenil de portadas bonitas con vestidos espectaculares, seguro que una historia insípida que no aporta nada nuevo a mi vida. Así lo veía yo. Pero fue inevitable que mis ganas de leerlo aumentasen cada vez que lo veía por la comunidad blogger o booktuber. Caí como una tonta, pero no me arrepiento de na-da

Lo que más me ha gustado de todo ha sido el mundo distópico que nos descubre Kiera Cass con La Selección: unos futuristas Estados Unidos, bajo el nombre de Iléa, con una pronunciada monarquía y donde el pueblo se divide en castas, de los Unos hasta los Ochos siendo estos últimos los fugitivos y sin hogar. ¿Pero he dicho algo que no supierais ya? Se dan unas pinceladas de lo que es todo este mundo, pero es cierto que me quedé con muchísimas ganas de saber más cosas, de saberlo todo. Aunque tampoco vamos a poneros tiquismiquis con esto, porque estamos hablando del primero de cinco libros (creo). Y la autora me ha dejado expectante, ¿se puede pedir algo más? Hacía mucho que vivía alejada de la narrativa distópica, y me alegro de haberme abierto un hueco en ésta concretamente.

La Selección está cargada de amor. El duelo entre America, Maxon y Aspen está presente en todo momento. Nos estamos acercando en cada página a los sentimientos de la protagonista, que se sienten muy reales, por lo que es facilísimo empatizar con ella. Y se agradece, porque America será como una amiga más. Pero esta novela no solo es eso, sino que deja ver los diversos problemas políticos, la familia, la honestidad consigo mismo y el resto, la humildad. Para todo esto, la autora se apoya en una cantidad razonable de personajes (nada más y nada menos que 35 chicas al principio, entre otros); al principio podía perderme un poco, pero al final te das cuenta que todas ellas tienen una personalidad bastante bien definida. Igual que la familia de America, aunque esta no tenga tanto protagonismo en primera persona. De todos ellos me quedaría con Marleen y el padre de America; por otro lado estoy deseosa de saber más de la reina.

La Selección de Kiera Cass me ha sorprendido gratamente, porque como he explicado al principio, no me esperaba ni lo más mínimo. Es una lectura rapídisma (aunque yo he tardado lo suyo por falta de tiempo), y que te deja con ganas de más en todos los sentidos. La incertidumbre que siente America se hace contigo al cerrar el libro: y es que, ¿Maxon o Aspen? 


SEA COMO SEA, LO QUE DESEO ES QUE TE QUIERAN. TE LO MERECES. Y ESPERO QUE ALGÚN DÍA TE CASES POR AMOR, Y NO EN FUNCIÓN DE UN NÚMERO "

¡Achús! 

Asesinato en Mesopotamia, de Agatha Christie



Después de 1 o 2 meses - a saber - he vuelto con una reseña. En Semana Santa fui a Vigo con mi persona, y como siempre fuimos a tiendas de segunda mano. Allí encontré unas ediciones super chachis de Agatha Christie (por 1,50 euros). Como nunca había leído uno de ella, y tenía tantas facilidades...¡me llevé dos! No había ningún título que me sonase, así que tiré más por intuición y portadabonita. 

No sé muy bien qué me esperaba, pero es cierto que me sorprendió la narrativa de este libro en concreto. Está narrado en primera persona, por una bastante entrañable, y que me ha recordado un poquito a mí. Ella es Amy Leatheran, una enfermera que va con el objetivo de cuidar a la asesinada de la que confluye toda la trama. 

Como ha sido mi primero de esta autora, el libro me pareció extremadamente corto para que los personajes me llegasen a sorprender. Pues lo hacen. Está claro que no todos, ya que tantos nombres y tantas situaciones a veces me confundían, pero tampoco es algo que haya influido mucho en mi lectura (además que la guía del lector me vino bastante bien para esto). Después de que se presente el primer giro, es cierto que lo único que quieres es conocer quién es el culpable. Muchas teorías se formaron en mi cabeza, pero Agatha Christie consiguió engañarme muy bien. Y eso mola mucho. 

Ha sido una muy buena experiencia inicial. Es un libro rápido y que cumple a la perfección su función. Me quedo con las ganas de más misterio. 

                             
Achús

5 de mayo de 2017

Silencio

Queda todavía un largo camino. No me mires con esos ojos; en realidad la culpa es tuya por juntarte a mí ese día. Yo no quería conocerte, fue el alcohol el que me obligó a bailar contigo 5 minutos y calmar tus ansias de besarme. ¿Cuánto ha pasado desde aquel día? ¿Y qué hemos conseguido con todo esto? Nada. No voy a recurrir a tópicos que al final no dicen nada. Ni somos como el agua y el aceite, ni somos dos nubes en dirección contraria. Sencillamente, dejamos de ser hace mucho. Olvídate, porque yo no voy a ofrecerte mi mano y tú no vas a cogerla. Se acabaron todos esos planes de cambiar y mejorar: juntos somos peores. Asúmelo. Borra mi número, borra tus ojos porque no quiero ver esas lágrimas. Ya nada va a cambiar. Todo esto tendrías que haberlo imaginado ese día que te acercaste a mí. Así que cómete todos esos kilómetros que aun por encima nos distanciaban, y vete. Porque queda todavía un largo camino.